El MAS se rearticula mientras la oposición busca liderazgo: Manfred Reyes Villa emerge como figura clave

Redacción central – Bolivia. La reciente declinación del presidente Luis Arce a una candidatura presidencial ha levantado alertas en todo el espectro político.
El posible pacto entre Evo Morales y Luis Arce evidencia el temor de la izquierda a perder el poder. La oposición urge unidad, y el alcalde de Cochabamba asoma como referente nacional.
Para muchos analistas opositores, esta decisión no es más que una estrategia para facilitar el retorno de Evo Morales, y garantizar la supervivencia del proyecto masista a cualquier costo, incluso a través de un pacto de impunidad.
En este contexto, mientras el MAS intenta reagruparse con un discurso de unidad, del otro lado del espectro la oposición sigue fragmentada.
Sin embargo, una figura comienza a destacar en medio del vacío de liderazgo: Manfred Reyes Villa, actual alcalde de Cochabamba y uno de los pocos políticos con gestión, experiencia y respaldo ciudadano.
Reyes Villa ha logrado mantenerse al margen de las disputas partidarias tradicionales, enfocándose en resultados concretos en su municipio.
Su discurso firme contra el autoritarismo del MAS, su trayectoria limpia y su capacidad de gestión lo posicionan como un potencial referente para aglutinar a los sectores democráticos.
“El MAS quiere volver al poder porque teme perderlo todo: sus privilegios, su impunidad y su control sobre las instituciones”, declaró un concejal cochabambino afín a Reyes Villa.
“La oposición necesita más que discursos; necesita líderes con hechos, y Manfred ha demostrado con obras lo que puede hacer por Bolivia”.
Diversos sectores ciudadanos y plataformas comienzan a mencionar al ex prefecto como una alternativa viable de cara a 2025, especialmente si logra sumar consensos más allá de su región.
Con el MAS buscando consolidar su regreso, el país enfrenta una encrucijada crítica: caer nuevamente en manos del autoritarismo, o apostar por un liderazgo renovador y democrático que represente una verdadera alternativa. La pelota está en el campo de la oposición, y el tiempo corre.