Sobrevivientes de la avioneta oraban para ser rescatados y temían ataques de lagartos y felinos

Spread the love

La oración les dio cierta tranquilidad y esperanza. Los cinco ocupantes de la avioneta que cayó a un pantano en medio de la selva beniana vivieron dos noches y dos días con el agua debajo de las rodillas, el temor de ataques de fieras y lagartos enormes que se encontraban por el lugar, y comiendo chocolate y chivé.

Permanecieron las dos jornadas sobre la avioneta que se hundió a poco de precipitarse cuando hacía el vuelo Baures-Trinidad. Se trata del piloto Pablo Andrés Velarde y de sus pasajeros Roberta Robertina Velarde Aulo, Patricia Coria Guary, Mirta Fuentes Cardozo y el menor identificado con las iniciales I.T.C.

“Estábamos, prácticamente, con el agua bajo de la rodilla y era hondo, no podíamos nadar. Por las fieras que había no podíamos desplazarnos a un terreno duro porque es puro yoyomal, pantano. Nos mantuvimos con mis pasajeros orando entre nosotros para pedir que nos rescaten lo más pronto posible”, relató Velarde a Bolivia Tv.

La avioneta Cessna 170 CP-1099 perdió contacto después de las 13h00 del miércoles, poco después de decolar de Baures. El aterrizaje de emergencia se dio en una zona cercana al río Itanomas, entre las haciendas Santa Fe y Nueva Esperanza 1, a 123 kilómetros de Trinidad.

“¡Vamos! y que sea lo que Dios quiera”, esas fueron las palabras del piloto segundos antes de empezar el aterrizaje de emergencia por fallas de motor, luego de instruir a sus pasajeros que abran la compuerta y ayuden a identificar un lugar con agua para evitar una explosión como efecto del choque.

Ese fue parte del relato de Mirtha Fuentes desde la cama de un hospital, adonde fue trasladada junto al resto de sus compañeros de viaje. “Todos lloramos de felicidad porque estábamos vivos, con golpes, pero vivos con mucha suerte, gracias a Dios y la rapidez e inteligencia del piloto”, relató a Unitel.

La aeronave quedó volcada. Una de las mujeres que salió primero de la avioneta ya bajo el agua volvió a sumergirse para rescatar el menor. Cuando salió con el niño vio al resto de las mujeres y finalmente logró emerger el piloto.

Ninguno de los cinco tenía heridas de gravedad, solo quedaba esperar se los busque y encuentre en medio de la pantanosa zona con felinos y grandes lagartos que los amenazaban. Ni bien se reportó la desaparición de la aeronave se activó un operativo de búsqueda y algunos vuelos pasaban sobre los cinco sin percatarse de su presencia.

Estaban conscientes que iba a tomar tiempo su rescate, y Fuentes recordó que llevaba en el avión chocolates y chivé, harina de yuca. Lograron sacar de dentro del avión y les sirvió de alimento durante los dos largos días de espera.

“Yo llevé bastante chivé y chocolates porque, como voy a viajar a España, me llevé una maleta llena de chocolates y chivé, y me acordé y le dije: ‘Hay chivé para darle al niño’. Sacamos y gracias a Dios estaba intacto, todo bien sellado, cerrado”, contó Fuentes y relató que comieron de a poco.

El combustible se esparció por los alrededores de la aeronave y protegió a los cinco de las fieras y lagartos que asechaban. “Eso nos ayudó a que no se nos acercaran a nosotros, gracias a eso, porque sino hubiera pasado otra cosa por la fiera”, relató el piloto de 27 años.

Difícil dormir estando en el agua. En la madrugada del viernes escucharon a lo lejos el ruido de una embarcación e hicieron señales con la luz del celular del piloto, lo que, para su alegría, fue respondido.

Los pescadores dieron a las autoridades las coordenadas del lugar donde tuvieron contacto con los sobrevivientes. Horas después un helicóptero logró divisarlos y los rescató. Se los veía agotados, pero con la tranquilidad de que terminaban con su viaje de Baures a Trinidad.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba